lunes, 21 de marzo de 2011

programa

Con todos estos antecedentes era necesario crae un material con muy pocos recursos que tuviera una vida útil regular, y que pudiera transformarse en la imagen del proyecto, identificable fácilmente con una lectura clara de este nuevo manto en todas las fachadas.
La malla raschel es la base del material, agregándole resina epóxica y poliuretano, la primera para otorgarle una rigidez mayor que pueda influir en su durabilidad y resistencia con respecto a factores externos como temperatura, aguas, humedad, etc. El segundo otorgaría brillo a la superficie, agregando además una durabilidad extra contra los rayos uv, para tener una duración mayor en los veranos, sin que se queme. Estos materiales elegidos para llegar al revestimiento final, fueron una búsqueda que partió con rigidizar una fonola con igol premium, cartones rigidizados, lo mismo con bandejas de huevos, telas, etc.
La calidad del revestimiento, además de su calidad visual y compositiva, debía ser funcional. Debía tener una buena resistencia ya que cubriría una estructura muy liviana de madera en bruto, con fachadas muy altas, que por lo tanto debían ser cuidadas de la intemperie. Se escoge la malla raschel de 65% de sombra, teniendo en cuenta las perforaciones de la malla y su espesor, se decide dar una textura plegada sin un orden claro, que permita dar una mayor resistencia al elemento y otorgue esa imagen que se busca desde el comienzo. No darle un orden responde a lo ya estructurado que se encuentra el cuerpo interior, su estructura de madera y sus fachadas altas.

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